jueves, 9 de octubre de 2008

El camino aún no está claro en Ecuador.




Que la Constitución haya sido aprobada por una amplia mayoría en Ecuador supone un éxito para Rafael Correa.

DW-WORLD conversó con Berthold Weig, director de la Fundación Konrad Adenauer en Quito.



Qué significa que el 64 por ciento de la población de Ecuador haya apoyado la Constitución que el presidente Rafael Correa sometió a referéndum.

Significa, sobre todo, el hondo deseo de los ecuatorianos de que haya un cambio político. No es gratuito que Rafael Correa haya llegado a la presidencia con una campaña que atacaba certeramente a los partidos tradicionales hasta ese momento para hacerse eco de esta profunda añoranza sobre todo en cuanto a las instituciones y al modo de hacer política en el país.


20 Constituciones ha tenido desde 1830 Ecuador que por un lado no habría sido necesaria, pues habría bastado con modernizar y reelaborar la anterior. Pero Rafael Correa asumió el poder prometiendo una refundación del país. Y para refundar el país era necesaria una constitución decidida por una asamblea constituyente. Ésta fue una de sus promesas electorales en 2006.


Hasta febrero de 2009, el Ecuador vivirá una campaña electoral sin pausa. Que su Constitución haya ganado en el referéndum es un éxito. Cómo será en la práctica su política está por verse, también porque la nueva Constitución deja abiertas muchas cuestiones importantes. Se incluye en el texto una “economía solidaria”, pero a nadie le queda claro si eso significa socialismo, socialismo del siglo XXI, una economía social o capitalismo estatal.Política de verdad se hará en Ecuador a partir de febrero de 2009; hasta eso tanto los observadores internacionales como la población tendrán que seguir aguantando una campaña electoral que, lamentablemente, ya dura más de dos años.